El niño que nació hace unos cuantos años y que jugaba en la dura y polvorienta tierra de Los Tollos se ha hecho mayor, y ahora se codea con equipos que incluso han militado en Primera división.
El trabajo de un grupo de gente seria e ilusionada sigue dando sus frutos y las gradas del coqueto estadio Francisco Artés Carrasco cada vez se ven más pobladas.
El “brócoli mecánico” sigue dando que hablar, y a las excelencias de su buen juego que ha sido reconocido por entrenadores rivales, hay que añadir la marea que ha levantado la originalidad de la segunda indumentaria, aquella con la que el equipo juega siempre lejos de Lorca. La camiseta que simula el exquisito producto que se cultiva en las tierras de la pedanía ha dado la vuelta al mundo, y ha desbordado las peticiones a la empresa que viste al Club.
Cuando se está a punto de cumplir un tercio de competición, todo son parabienes, pero desde el mismo club las llamadas a la prudencia están a la orden del día, conscientes de que llegarán momentos de dificultades que habrá que afrontar con valentía.
De momento, esos 25 puntos que refleja el casillero, que suponen más de la mitad del objetivo de la permanencia conseguido, ya no hay quien los quite.
La línea de trabajo y humildad que siempre han sido la señas de identidad de este proyecto, deben de seguir, mereciendo además el respaldo de todos.
Manuel Morales García
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