Nuestra vida esta llena de rutinas, pero también de algunos
momentos especiales. Momentos y fechas que resumen aspectos importantes de
nuestra personalidad, que nos marcan para el resto de nuestra vida.
Para Nelson Mandela, uno de esos momentos fue cuando recibio
el Premio Nobel de la Paz, el día 10 de Diciembre de 1993. Un reconocimiento
sincero de la comunidad internacional hacia su trabajo por la reconciliación
racial de Sudáfrica, y que compartió con de klerk (predecesor y último
presidente del apartheid sudafricano).
El destino le privó de la celebración del 20 aniversario de
dicho galardón, ya que como de sobra sabréis, Mandela murió el pasado 5 de Diciembre a la edad de 95 años.
Aunque si diese su opinión Madiba (apodado así en honor de
su tribu), resaltaría otros momentos que para él fueron más transcendentales. En su autobiografía "El largo camino hacia la libertad" de 1994, detalla
como consiguió ser el hombre que finalmente fué.
La vida de Mandela nos ofrece una maravillosa lección, de
esas que no te enseñan en el colegio: estamos rodeados de luces y sombras, a
veces acertamos y a veces nos equivocamos, pero lo que importa de verdad, es
aprender con cada paso del camino.
Nelson Mandela a sus 24 años y cursando derecho, se unió
como militante al Congreso Nacional Africano (ACN), el cuál se oponía a la
supremacía de las personas de raza blanca.
Recordemos en Sudáfrica estaba proclamado constitucionalmente el apartheid, que significa literalmente
"alejamiento". Las personas de color negro no eran consideradas
ciudadanos y se les obligaba a vivir en determinados territorios en la
periferia de las ciudades, al estilo de guetos.
Mandela fue subiendo escalafones hasta que en la dedaca de
los 50 llego a presidir la sección juvenil de la ACN. Pero su orgullo creció al
mismo ritmo que su fama. Encargaba sus trajes a uno de los sastres más caros
del mundo, y los lucía cada semana en público mientras proclamaba discursos más
y más radicales.
En 1960 se produjo una masacre de 69 personas negras que se
estaban manifestando de forma pacífica, y Nelson Mandela junto con un grupo de
dirigentes de la ACN, decidieron dar un pas más en su lucha contra la opresión
blanca. Así nació el brazo armado del Congreso Nacional Africano, del que
Mandela fue elegido líder.
Aunque no llego a cometer asesinatos, comandó la
organización hasta que en 1962 fue detenido junto con ocho compañeros. El
delito del que se le acusaba, sabotaje y conspiración para derrocar al estado a
través de organización terrorista, estaba castigado con la pena de muerte.
Pero aquellos a los que había intentado defender, le
prestaron su apoyo. La comunidad negra se movilizó, y no solo ellos. Los
liberales sudafricanos tampoco querían la pena de muerte, y la presión
internacional fue tal, que hasta la Asamblea General de Naciones Unidas emitió
un dictamen para que se le perdonara la vida a los reos.
Durante su encarcelamiento hasta la celebración
del juicio, Madiba reflexionó sobre todo aquello que le estaba sucediendo. El
apoyo que recibió fue clave para sentirse en deuda con la comunidad y su
discurso pasará a la historia. Aceptaba todos los cargos, y proclamaba que
había denfendido la lucha armada ante la impotencia de ver sufrir y morir a una
parte de la población con total impunidad. Soñar con un estado democrático y en
el que las personas dde todas las razas fueran consideradas por igual, era un
ideal por el que merecia la pena morir. Pero Mandela no murió, la pena fue
rebajada a cadena perpetua.
A partir de esta sentencia nació el mito. Mandela pasó mas
de 27 años encerrado, 18 de ellos en una celda de apenas 4 metros cuadrados. Pero su ímpetu no menguó, sabía que estaba vivo porque muchas
personas habían creído en su causa, que la discriminación racial era injusta. Y
sabía que el único camino para alcanzar la paz en Sudáfrica, era que no
existiese opresión de una raza sobre otra.
A este reo, el sufrimiento le hizo más sabio, y también le
otorgó fuerza para que los miembros de su comunidad le respetaran. Él habia
sufrido la opresión en su propia carne, y sin embargo cuando salio de la carcel
no mostró el menor signo de resentimiento.
Así consiguió Mandela ser el primer presidente negro de una
sudáfica democrática, su ideal y su compromiso con todas las comunidades le
hicieron ser una de las personas más importantes la historia.
En una de sus últimas entrevistas, del año 2009, Mandela
aparecía ya con unas fuerzas muy menguadas. La mención de la película
"Invictus" rodada sobre él, el premio Nobel, y demás reconocimientos
apenas consiguieron sacarle algunas pocas palabras. Mandela respondia con algo
de indiferencia, mezclada por la dificultad con la que ya apenas podía razonar
a sus 91 años. Pero cuando John Carlin le preguntó sobre el apartheid, parece que
la lucidez volvió a él y respondió la unica frase de toda la entrevista:
"Mi gente decía que era cobarde por tenderle la mano a los opresores, pero
yo no debatí con ellos, sabía que era el único camino para la paz. Los años me
han dado la razón."
Madiba, después de todo, quizás el mejor homenaje no fuese
celebrar el 20 aniversario de tu premio nobel. Quizás una mejor forma de
demostrarte nuestro respeto, sea promover la igualdad por la que tu tanto has
luchado.
Martín Alberto Girona Muñoz
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